SpaceX Sufre Nuevo Fallo Mientras Musk Enfrenta Más Presión

Lucía García Morales
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SpaceX ha sufrido un nuevo contratiempo en su ambicioso programa espacial. Un cohete Starship explotó durante una prueba en tierra, sumándose a una serie de cuatro fallos consecutivos en su fase de desarrollo. El incidente se produce en un momento clave para la empresa, que mantiene un contrato de hasta 4.000 millones de dólares con la NASA para llevar astronautas estadounidenses de vuelta a la Luna en 2027.

Aunque la compañía ha defendido históricamente que los errores forman parte de su estrategia de desarrollo iterativo rápido, la recurrencia de estos fallos empieza a generar dudas sobre el cumplimiento de los plazos fijados para misiones cruciales. Los tres lanzamientos anteriores también presentaron fallos en vuelo, a pesar de haber probado con éxito ciertos sistemas. El objetivo de que Starship alcance Marte en 2026, como se había planteado públicamente, parece ahora más lejano.

El nuevo percance ocurre mientras Elon Musk retoma el control de sus empresas tras una etapa política polémica como alto cargo en el gobierno de Donald Trump. Su papel en la administración estadounidense no solo dañó su imagen pública, sino que también ha tenido consecuencias para el rendimiento de compañías como Tesla.

Tesla, por su parte, se encuentra en plena fase de preparación para lanzar sus primeros robotaxis en Austin. Sin embargo, varios legisladores estatales han solicitado que se aplace el despliegue hasta septiembre, en cumplimiento de una nueva ley sobre conducción autónoma. Al mismo tiempo, la compañía ha pausado temporalmente las líneas de producción del Cybertruck y el Model Y en su planta de Texas, acumulando ya tres interrupciones similares este año.

En el plano internacional, Tesla también enfrenta dificultades. En Europa, las ventas han caído, y la marca ha sido superada por la china BYD en vehículos eléctricos puros, según datos recientes de mercado.

Otra de las empresas de Musk, xAI, tampoco escapa a la presión. Según informes, la compañía estaría gastando alrededor de 1.000 millones de dólares mensuales en el desarrollo de su modelo de inteligencia artificial, una cifra que Musk ha rechazado públicamente. La tensión interna aumentó cuando el chatbot Grok, desarrollado por xAI, compartió un análisis sobre violencia política que fue desacreditado directamente por Musk, a pesar de estar basado en datos ampliamente aceptados.

A pesar de todos estos frentes abiertos, Musk sigue mostrando una actitud despreocupada en redes sociales, utilizando el humor para restar importancia a la explosión del Starship. Esta estrategia mediática refuerza su estilo habitual, pero no disipa la creciente presión que enfrenta en sus múltiples frentes empresariales.

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