Máximo nivel desde 2006 para frenar la inflación
El Banco Central de Brasil elevó este miércoles su tasa básica de interés del 14.75% al 15.00% anual, marcando el nivel más alto desde mayo de 2006. Esta medida busca contener la inflación en un contexto de creciente incertidumbre internacional y tensiones fiscales internas.
Se trata del séptimo aumento consecutivo en la tasa de referencia, aunque esta vez con un alza menor de 0.25 puntos porcentuales, tras una subida de medio punto en mayo. La decisión fue tomada de forma unánime por la directiva del banco emisor.
Escenario externo exige cautela monetaria
El comunicado del Banco Central advierte que el panorama internacional continúa siendo “particularmente incierto”, con riesgos asociados a las políticas comerciales y fiscales de Estados Unidos. Esta coyuntura externa, señala la institución, obliga a una postura más cautelosa en la conducción de la política monetaria.
La incertidumbre global, sumada a una desaceleración del crecimiento mundial, influye en la inflación local a través del tipo de cambio, los precios de importación y la volatilidad financiera, factores que el Banco Central considera claves al definir su estrategia.
Factores internos elevan la presión inflacionaria
A nivel doméstico, aunque la actividad económica y el mercado laboral todavía muestran cierta resistencia, el emisor reconoce una desaceleración progresiva en el crecimiento. La inflación interanual se ubica en 5.32%, superando el límite máximo de la meta oficial de 4.5%.
Además, el organismo destaca que la situación fiscal de Brasil sigue ejerciendo presión sobre los precios, elevando las expectativas de inflación. Esto complica aún más la tarea del Banco Central, que busca restablecer la credibilidad del marco macroeconómico.
Perspectivas: pausa a las alzas si mejora la inflación
La autoridad monetaria señaló que el incremento actual podría ser el último del ciclo, siempre que la inflación comience a acercarse a la meta. En ese caso, el Banco Central se tomaría un tiempo para evaluar los efectos acumulados de las alzas previas.
Según sus proyecciones, la inflación cerraría 2025 en torno al 4.8%, cifra similar al cierre de 2024 (4.83%). La evaluación futura se centrará en determinar si mantener la tasa actual por un periodo prolongado será suficiente para garantizar la convergencia sostenida hacia el objetivo inflacionario.