Emergencia aérea durante el vuelo VB755
El pasado 6 de mayo, el vuelo VB755 de Viva Aerobus que cubría la ruta Miami–Mérida enfrentó una situación crítica cuando uno de sus motores presentó una falla. A bordo viajaban 215 personas. El capitán Roger Alonso Castillo Rivas, al mando de la aeronave, reaccionó con precisión y aplicó los protocolos de emergencia, apagando el motor afectado y desviando el vuelo hacia el Aeropuerto Internacional José Martí en La Habana, Cuba.
La decisión de apagar el motor evitó un incendio u otros daños graves. Según explicó el capitán, no fue necesario un aterrizaje forzoso, ya que el avión se comportó de manera estable con un solo motor. La mayoría de los pasajeros ni siquiera notó el fallo al momento del incidente.
Una situación excepcional en la carrera del capitán
Castillo Rivas relató que esta fue la primera vez en su carrera profesional que enfrentó una emergencia de este tipo. Aunque las estadísticas indican que se necesitarían ocho vidas laborales para vivir una situación similar, su preparación técnica y capacidad de mantener la calma resultaron fundamentales. “Al principio hay unos segundos de parálisis, pero luego entras en estado de alerta”, comentó durante una entrevista.
Tras controlar la emergencia y acercarse al aterrizaje, el capitán informó a los pasajeros sobre lo ocurrido. Reconoció también el trabajo coordinado de toda la tripulación como clave para el aterrizaje exitoso y la seguridad de todos los ocupantes del vuelo.
Reconocimiento oficial al capitán Castillo
La alcaldesa de Mérida, Cecilia Patrón Laviada, entregó al capitán Castillo el reconocimiento “Valor Meridano” por su actuación ejemplar. Destacó que gracias a la maniobra del piloto y la coordinación de la tripulación, no se registraron heridos. “Este acto ha sido ampliamente reconocido por los pasajeros, sus familias y la comunidad como una verdadera hazaña”, dijo la alcaldesa.
El gesto fue celebrado como una muestra de responsabilidad, liderazgo y humanidad en una situación límite. La acción del capitán se convirtió en un símbolo de compromiso y profesionalismo dentro de la aviación civil mexicana.
Un héroe sin capa, pero con uniforme
Más allá del reconocimiento oficial, la historia del capitán Castillo ha captado la atención por su dimensión humana. Tras el aterrizaje, bromeó diciendo que lo primero que hizo fue “salir por un puro”. Entre el humor y la tensión vivida, dejó claro que su prioridad fue siempre salvaguardar la vida de los pasajeros.
Este evento recuerda la importancia de la preparación rigurosa de las tripulaciones y cómo decisiones en segundos pueden marcar la diferencia entre una tragedia y una historia con final feliz.