Labraza tendrá el primer parque eólico vasco en 20 años

Un proyecto estratégico con inversión público-privada

Euskadi recupera su protagonismo en el sector eólico con la construcción del parque de Labraza, el primero en la región desde 2006. Este proyecto, impulsado por Aixeindar (sociedad formada por Iberdrola y el Ente Vasco de la Energía), supondrá una inversión de 59 millones de euros y aumentará la potencia eólica instalada en un 26%, pasando de 153 MW a 193 MW. La instalación contará con ocho aerogeneradores Siemens Gamesa de 5 MW cada uno y abastecerá de energía renovable a unos 30.000 hogares.

Impacto local y compromiso con la industria vasca

La iniciativa tiene un fuerte componente local, tanto en empleo como en desarrollo industrial. Se estima la creación de hasta 90 empleos en fase de construcción y unos ingresos anuales de 230.000 euros para los municipios implicados. Además, gran parte de la tecnología será desarrollada en Euskadi: Siemens Gamesa fabricará los aerogeneradores y EDS Ingeniería y Montaje se encargará de la subestación. Esta apuesta dinamiza la cadena de suministro de la industria eólica vasca, en la que Euskadi es un referente europeo.

Beneficios sociales y ambientales para la comunidad

El parque de Labraza también contempla beneficios directos para la ciudadanía, como acuerdos de suministro energético con precios reducidos, mejoras en infraestructuras sociales locales y colaboración con empresas del entorno. Además, se aplicarán medidas innovadoras para preservar la biodiversidad, como sistemas de detección de avifauna, restauración de hábitats y paisajismo ecológico.

Objetivo 2030: multiplicar la potencia renovable

Este proyecto forma parte de la estrategia del Gobierno Vasco para triplicar la capacidad de energía renovable antes de 2030, alineándose con la Estrategia Energética de Euskadi y los compromisos climáticos del Acuerdo de París. El modelo de desarrollo incluye criterios como bajo impacto ambiental, infraestructura eléctrica cercana y viabilidad económica. Labraza es el primer paso de una nueva etapa energética para Euskadi, basada en colaboración público-privada y transición sostenible.