Un reciente informe revela que más de seis de cada diez jóvenes adultos en Estados Unidos enfrentan un elevado nivel de estrés financiero. El estudio, realizado por Intuit, muestra que el 61% de los encuestados entre 18 y 35 años reconocen sentirse presionados económicamente, y el 21% afirma que su situación ha empeorado en el último año.
Los factores más frecuentes detrás de esta ansiedad incluyen el alto costo de vida, la inestabilidad laboral y el encarecimiento del acceso a la vivienda. Además, entre quienes se consideran financieramente estresados, un 32% indicó que afrontar emergencias inesperadas, como gastos médicos o reparaciones de automóviles, es una fuente constante de preocupación.
Falta De Preparación Ante Imprevistos Financieros
Una parte considerable del estrés reportado se relaciona con la ausencia de un plan financiero claro. Según la encuesta, el 32% de los participantes carece de una estrategia para enfrentar contratiempos económicos. Esta falta de preparación se traduce en dificultades para responder a gastos imprevistos (45%) y en una incapacidad general para ahorrar dinero (29%).
Este patrón no se limita solo a los más jóvenes. Un estudio complementario de Bankrate comparó la capacidad de ahorro entre generaciones ante emergencias de 1.000 dólares. Los resultados muestran que los baby boomers (61 a 79 años) lideran con un 59% que podría cubrir el gasto con ahorros, seguidos por los Gen X (45 a 60 años) con un 42%. En contraste, solo 32% de los millennials (29 a 44 años) y 28% de la Gen Z (18 a 28 años) cuentan con ese respaldo.
El Ahorro Como Medida De Protección
Ante la posibilidad de perder el empleo o enfrentar gastos urgentes, disponer de un fondo de emergencia se posiciona como una solución básica y efectiva. Se estima que el 80% de los jóvenes de la Gen Z están preocupados por no poder cubrir sus necesidades básicas en caso de perder su fuente principal de ingresos, un porcentaje notablemente superior al de generaciones anteriores.
Aunque no siempre puede evitar todas las crisis, contar con un fondo específico para emergencias actúa como un amortiguador económico. Esto permite a las personas ganar tiempo y evitar decisiones apresuradas que puedan empeorar su situación financiera.
Tres Pasos Para Comenzar a Ahorrar Desde Cero
Los expertos recomiendan iniciar el hábito del ahorro lo antes posible, incluso si las cantidades mensuales disponibles son pequeñas. El primer paso es abrir una cuenta de ahorros de alto rendimiento (HYSA), que permite obtener intereses anuales promedio de hasta 4,31%, comparado con el 0,51% de las cuentas tradicionales.
En segundo lugar, es esencial determinar cuánto dinero puede ahorrarse mensualmente. El método 50-30-20 ofrece una guía útil: el 50% del ingreso destinado a necesidades básicas, el 30% a gastos opcionales y el 20% a ahorro e inversión. Sin embargo, este modelo puede ajustarse según las circunstancias de cada persona.
Por último, establecer una meta de ahorro realista es fundamental. Comenzar con un objetivo de tres meses de gastos cubiertos es una buena base. Más adelante, se puede ampliar a seis meses o incluso un año, especialmente para quienes tienen ingresos variables o dependen de bonificaciones y comisiones.
Incluso Un Pequeño Colchón Puede Marcar La Diferencia
Lograr reunir el equivalente a varios meses de gastos puede llevar tiempo, pero incluso contar con unos pocos cientos de dólares disponibles puede ser decisivo en una situación de emergencia. Muchas personas, por ejemplo, no están en condiciones de afrontar ni siquiera un gasto inesperado de 400 dólares, según estándares utilizados por la Reserva Federal.
Por esta razón, crear el hábito del ahorro y construir un fondo de emergencia debe ser una prioridad para los jóvenes adultos, como una forma de ganar control, reducir el estrés financiero y prepararse para enfrentar lo imprevisto.