Nuevo récord impulsa optimismo en los mercados
El oro alcanzó un nuevo máximo histórico de 4.258,76 dólares la onza este jueves, consolidando su posición como activo refugio clave en un contexto global incierto. Según el Consejo Mundial del Oro (WGC), el repunte actual aún tiene recorrido, impulsado por factores macroeconómicos y geopolíticos.
El WGC advierte que aunque hay similitudes con la subida de 1979, las comparaciones son engañosas. Esta vez, el crecimiento está respaldado por fundamentos sólidos, como una base de inversores en expansión, tensiones políticas persistentes y expectativas de recortes en las tasas de interés.
Factores clave detrás del repunte actual
La demanda de activos seguros aumentó por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como por el cierre del gobierno estadounidense. A ello se suma la expectativa de políticas monetarias más flexibles.
El oro ha subido un 61% en lo que va del año, según el WGC. Otros factores que sustentan el repunte incluyen:
- Altas tasas reales con posibilidad de relajación
- Diferenciales de crédito en expansión
- Correcciones en acciones sobrevaloradas
La volatilidad a corto plazo, advierte el WGC, puede deberse a correcciones técnicas, ajustes de cartera o señales especulativas del mercado.
Riesgos tácticos y posible corrección
El WGC señala que el nivel de los 4.000 dólares por onza podría actuar como barrera psicológica. Las señales de sobrecompra técnica y el reequilibrio de carteras por parte de inversores estratégicos podrían provocar correcciones.
También se mencionan como riesgos: condiciones crediticias más estrictas, caída de la demanda minorista y apreciación temporal del dólar estadounidense.
Aun así, la institución mantiene que “la base estratégica del oro sigue siendo sólida”, y que la volatilidad de corto plazo no invalida la tendencia estructural.
Demanda diversificada y fundamentos sólidos
El crecimiento de ETFs de bajo costo, contratos futuros COMEX y reformas regulatorias en China e India ha ampliado el acceso institucional al oro. Además, el debilitamiento estructural del dólar motiva a gobiernos e inversores globales a reducir exposición a activos estadounidenses.
La incertidumbre política en EE. UU. y los temores de recesión alimentan la narrativa de demanda sostenida. A esto se suman las compras históricas de oro por parte de bancos centrales, que reducen la oferta en circulación.
Desde agosto, los flujos hacia ETFs de oro han sumado 21.000 millones de dólares, elevando el total anual a 67.000 millones. Para el WGC, esto confirma el creciente apetito por el oro como refugio estratégico.

