Tensión en el estrecho de Ormuz amenaza suministro global

Javier López Rodríguez
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El punto más crítico del tránsito mundial de petróleo

El estrecho de Ormuz, ubicado entre Omán e Irán, conecta el golfo Pérsico con el mar Arábigo y es considerado por la Administración de Información Energética de EE. UU. (EIA) como el principal punto de estrangulamiento del tránsito de petróleo en el mundo. A través de sus estrechos 33 kilómetros, circulan unos 20 millones de barriles diarios de crudo, condensado y combustibles, lo que lo convierte en una vía estratégica para la economía energética global.

Qatar, uno de los mayores exportadores de gas natural licuado (GNL), y otros países del golfo dependen en gran medida de esta ruta para el envío de energía. Su relevancia ha vuelto a quedar en evidencia con la reciente escalada del conflicto entre Israel e Irán.

Seguridad marítima bajo amenaza creciente

Aunque no se han reportado ataques directos a embarcaciones comerciales desde el inicio del conflicto, los riesgos están aumentando. La interferencia electrónica con sistemas de navegación y el refuerzo de medidas de seguridad en varios barcos reflejan el temor creciente de los armadores, según informes de AP y Reuters.

Las tarifas de los buques tanque para transportar crudo desde Medio Oriente hacia Asia Oriental se dispararon un 20% en solo tres días, mientras que los envíos hacia África Oriental aumentaron más del 40%, según datos de Baltic Exchange citados por Bloomberg.

Impacto potencial en Asia y en la estabilidad regional

El 82% de los envíos que cruzan el estrecho de Ormuz tienen como destino Asia. China, India, Japón y Corea del Sur concentran cerca del 70% del flujo total. Estos países serían los más afectados en caso de interrupción del tráfico, tanto por un bloqueo físico como por una escalada de tensiones que encarezca los seguros y aumente la incertidumbre.

Un cierre del estrecho por parte de Irán podría desencadenar una intervención militar por parte de Estados Unidos. La Quinta Flota, con base en Baréin, está preparada para proteger la libre navegación en esta zona clave.

Riesgos para Irán y sus relaciones diplomáticas

A pesar de las amenazas, cerrar el estrecho sería una medida contraproducente para Irán. Sus exportaciones de crudo también dependen de esta vía, especialmente hacia China, su principal socio petrolero. Además, un cierre dañaría los esfuerzos de reconciliación con los países del Golfo, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, quienes podrían alinear sus posturas con Washington si sus intereses económicos se ven amenazados.

Analistas de JP Morgan advierten que bloquear la ruta pondría en riesgo la propia economía iraní y deterioraría aún más su aislamiento internacional.

Alternativas limitadas al estrecho

Algunos países del Golfo han desarrollado infraestructuras alternativas. Arabia Saudita opera el oleoducto Este-Oeste con una capacidad de cinco millones de barriles diarios, y los Emiratos Árabes Unidos conectan sus campos terrestres con el puerto de Fujaira en el Golfo de Omán. No obstante, según la EIA, solo 2.6 millones de barriles diarios podrían redirigirse por estas rutas, lo que representa una fracción del tráfico habitual por Ormuz.

Mientras el conflicto entre Israel e Irán continúa sin una solución cercana, los mercados siguen atentos a cualquier movimiento que pudiera desatar una crisis energética a escala global.

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