Una adquisición con condiciones clave
El Consejo de Ministros ha dado luz verde a la oferta pública de adquisición (OPA) de BBVA sobre Banco Sabadell. Sin embargo, impone una condición crucial: ambas entidades deberán operar de manera independiente durante al menos tres años. Esta decisión incluye la posibilidad de extender esa separación hasta dos años adicionales y tiene como objetivo preservar la competencia, proteger a los trabajadores y garantizar una transición ordenada.
Separación operativa obligatoria
Durante este periodo, BBVA y Sabadell deberán mantener su personalidad jurídica, estructuras patrimoniales y consejos de administración por separado. Incluso si BBVA alcanza el control accionarial previsto en la OPA (49%), no podrá fusionar ambas entidades ni reestructurar sus plantillas bajo ese pretexto. La gestión autónoma será clave en decisiones sobre financiación, empleo, red de oficinas y políticas sociales de sus fundaciones.
Condiciones adicionales de la CNMC
La operación ya contaba con el aval condicionado de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que prohibió el cierre de sucursales en municipios sin alternativas bancarias y exigió garantías para los clientes vulnerables. El Gobierno ha incorporado esas condiciones a su autorización, subrayando el “interés general” como fundamento de su intervención.
Impacto social y territorial
El Ejecutivo ha destacado cinco criterios de interés público: apoyo al crecimiento económico, protección del empleo, cohesión territorial, objetivos sociales como la vivienda asequible, y promoción de la innovación. Esta medida busca asegurar que la concentración bancaria no afecte negativamente a la red de servicios, las pymes o la obra social de las entidades implicadas.
Bruselas y el futuro de la fusión
La Comisión Europea ha tomado nota de la decisión española, pero recuerda que cualquier restricción nacional debe ser justificada y proporcional. Aunque por ahora no se autoriza la fusión, BBVA podrá solicitarla una vez cumplido el periodo exigido por el Gobierno. El futuro de la integración dependerá también de cómo valoren los accionistas de Sabadell la oferta y si finalmente se alcanza el umbral de participación propuesto.
Implicaciones estratégicas
La medida sienta un precedente en operaciones bancarias de gran escala: permite avanzar en consolidaciones, pero con condiciones que buscan preservar la estabilidad económica y social. En lugar de una fusión inmediata, se favorece una adquisición progresiva y controlada, que permitirá evaluar su impacto antes de autorizar una integración completa.