Dos votaciones decisivas en un mismo día
El Banco Sabadell celebrará el próximo 6 de agosto dos Juntas Generales Extraordinarias de Accionistas para someter a aprobación la venta de su filial británica, TSB, al Banco Santander por cerca de 3.100 millones de euros, así como el reparto de un dividendo extraordinario derivado de esta operación. Aunque ambas reuniones tendrán lugar el mismo día, se realizarán en distintos horarios: la primera a las 10:00 horas para votar la venta, y la segunda a las 13:00 horas para decidir sobre el dividendo. Ambas se celebrarán en la Fira de Sabadell.
Una operación condicionada por la OPA de BBVA
La estructura de la doble convocatoria responde a los criterios de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que finalmente ha exigido separar ambas decisiones. Inicialmente, Sabadell había previsto tratarlas en una sola junta, pero tras las consultas realizadas, el banco ha optado por dividirlas. La venta de TSB, valorada en 2.650 millones de libras, solo podrá completarse si recibe el respaldo de los accionistas, debido al deber de pasividad que impone la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por BBVA.
Un dividendo extraordinario de 2.500 millones
De aprobarse la transacción, Sabadell repartirá un dividendo adicional de 2.500 millones de euros, equivalente a 0,50 euros por acción. Este pago se realizará el último día hábil del mes siguiente al cobro del importe de la venta. Este reparto extraordinario se suma a los 1.300 millones de euros que la entidad prevé abonar con cargo a los beneficios de 2025, lo que supone un desembolso total de 3.800 millones de euros en el próximo año para sus accionistas.
Próximos pasos y documentación
El banco ha anunciado que este viernes se publicarán los anuncios de convocatoria oficial de ambas juntas, así como toda la documentación relevante, incluyendo las propuestas de acuerdos. La operación no solo representa un movimiento estratégico relevante para el futuro del Sabadell, sino también un paso que podría alterar la dinámica de la OPA del BBVA, al desprenderse la entidad catalana de uno de sus principales activos internacionales.