Empresas piden frenar la Ley de IA en Europa

Gigantes industriales reclaman una moratoria de dos años

Una coalición de 44 líderes empresariales europeos, entre ellos los directivos de Airbus, Carrefour y BNP Paribas, ha solicitado a la Comisión Europea una moratoria de dos años sobre la entrada en vigor de la nueva Ley de Inteligencia Artificial (IA), prevista para el 1 de agosto de 2025. La carta, revelada por el Financial Times, alerta de que la normativa puede frenar la competitividad tecnológica del continente justo cuando Estados Unidos y China avanzan a gran velocidad en esta carrera global.

El manifiesto ha sido impulsado por la plataforma EU AI Champions, que agrupa a más de cien empresas del sector. Los firmantes advierten que las reglas europeas no solo dificultan el desarrollo de referentes tecnológicos propios, sino también la adopción de la IA en el tejido empresarial. En su opinión, el marco actual es redundante y genera confusión jurídica en un momento crítico para la industria europea.

El foco está en los modelos de propósito general

Uno de los principales puntos de conflicto es el Código de Prácticas para modelos de IA de propósito general (GPAI), como ChatGPT, Gemini o Llama. Este código tiene carácter voluntario y busca guiar a las empresas en la adaptación al nuevo marco legal antes de que se apliquen sanciones. Sin embargo, su versión definitiva aún no se ha publicado, lo que añade incertidumbre a las compañías que deben prepararse para cumplir con la ley.

La Comisión Europea asegura que el código se publicará en las próximas semanas. Henna Virkkunen, comisaria responsable de Digitalización, ha subrayado que el objetivo es “apoyar a la industria y a las pymes”. El borrador contempla compromisos en tres áreas: transparencia, derechos de autor y seguridad, con especial atención a los modelos considerados de alto riesgo. Aunque su cumplimiento no es obligatorio, Bruselas ya ha advertido de posibles dificultades regulatorias para quienes opten por no adherirse.

Las startups temen un impacto asimétrico

El rechazo a la ley no solo proviene de grandes corporaciones. Más de 30 fundadores de startups y fondos de capital riesgo europeos han firmado otra carta abierta en la que califican la normativa como una “bomba de relojería” que puede consolidar el dominio de gigantes como Google, Meta u OpenAI. A su juicio, las pymes no disponen de los recursos necesarios para adaptarse a un reglamento tan complejo y desigual.

Uno de sus principales temores es que la implementación nacional del reglamento genere una fragmentación jurídica dentro de la UE, favoreciendo a las grandes tecnológicas que pueden sortear estas diferencias regulatorias, mientras que para las nuevas empresas supondría una barrera insalvable. Según los firmantes, esto minaría las posibilidades de innovación en Europa y alejaría al continente del liderazgo en tecnologías estratégicas.

Europa a contrarreloj ante la presión regulatoria

La Ley de Inteligencia Artificial, aprobada en 2024, es el primer marco legal integral del mundo para regular esta tecnología. Establece distintos niveles de riesgo y contempla multas de hasta 35 millones de euros o el 7% de la facturación global para quienes incumplan las disposiciones más estrictas. El problema, según sus críticos, es que esta regulación llega demasiado pronto y con demasiadas lagunas operativas.

Mientras los legisladores europeos intentan liderar la regulación global, las empresas alertan del riesgo de ahogar la innovación antes de que florezca. Con la fecha de entrada en vigor cada vez más cerca, crece la presión para que Bruselas escuche las demandas del sector y se replantee los plazos.