De institución conservadora a mega inversor tecnológico
El Banco Nacional Suizo (SNB), históricamente reconocido por su prudencia, se ha transformado en uno de los inversores más importantes del sector tecnológico global. Según datos de la SEC de junio, el SNB posee 167.000 millones de dólares en acciones estadounidenses, repartidos en más de 2.300 posiciones. Esta cifra equivale a casi una quinta parte del PIB anual de Suiza, consolidando a la entidad como un actor de peso en los mercados financieros internacionales.
Más de 42.000 millones de su cartera están invertidos en las cinco grandes tecnológicas: Apple, Amazon, Microsoft, Meta y NVIDIA. En particular, ha destinado casi 10.000 millones a Apple y más de 11.000 millones a NVIDIA, lo que demuestra una clara apuesta por el núcleo de la innovación de Silicon Valley.
No es un banco central tradicional
A diferencia de otros bancos centrales, el SNB no es propiedad del gobierno suizo y actúa con una independencia notable. Aunque su función principal no es la inversión con fines de rentabilidad, su balance de 855.000 millones de dólares lo sitúa en niveles similares a los fondos soberanos de Singapur o Catar. El banco utiliza su gigantesca cartera de acciones como parte de su estrategia de política monetaria para estabilizar el franco suizo, más que para influir en las compañías donde invierte.
Frente a instituciones como el Banco de Japón —que opera con ETFs y se enfoca en activos nacionales— o el Banco de España —centrado en bonos para controlar la inflación—, el SNB destaca por una estrategia más parecida a la de un fondo de inversión global. Esto ha generado debates en Suiza, donde algunos proponen que se gestione esa cartera de forma más activa para maximizar retornos.
Una respuesta monetaria al poder del franco suizo
La fortaleza del franco suizo representa una amenaza para la competitividad de las exportaciones del país y puede generar deflación. Para evitarlo, el SNB aplica una política contracorriente: vende francos y compra divisas extranjeras, que luego reinvierte en bonos y acciones internacionales. Este enfoque, denominado por algunos analistas como “flexibilización cuantitativa extranjera”, explica sus gigantescas posiciones en empresas tecnológicas de Estados Unidos.
Aunque su estrategia es oficialmente pasiva —el banco no ejerce derechos de voto en las compañías—, los movimientos revelados por la SEC muestran ajustes periódicos en su portafolio. En los últimos años, ha incrementado su inversión en NVIDIA, ha sumado una posición en Berkshire Hathaway y ha reducido su exposición en Meta y Netflix. A pesar de los riesgos, el desempeño de estas inversiones ha sido positivo.
Un banco que invierte como un fondo soberano
El SNB ha adoptado un rol inesperado en el tablero financiero global: funciona como un estabilizador monetario que, para cumplir su mandato, se convierte en uno de los mayores accionistas de las grandes tecnológicas. Suiza se le queda pequeña, y mientras otros bancos centrales evitan los mercados bursátiles, el SNB invierte con disciplina en Apple, Amazon y NVIDIA, sin buscar control, pero con un impacto económico colosal.