Trump impulsa fondo soberano con inversión en Intel

Estados Unidos adquiere el 10% de Intel

El Gobierno estadounidense anunció la compra del 10% del fabricante de chips Intel por un valor aproximado de 8.900 millones de dólares. Esta inversión se financia parcialmente con recursos de la Ley CHIPS, y el resto proviene de asignaciones presupuestarias federales para manufactura estratégica. El asesor económico Kevin Hassett confirmó que esta operación marca el inicio de una estrategia más amplia.

Hassett aseguró que esta no será una acción aislada, sino que forma parte del plan del presidente Donald Trump para crear un fondo soberano de inversión. Aunque el Gobierno tendrá participación accionaria, se comprometió a no interferir en la gestión operativa de Intel ni de futuras empresas involucradas.

Modelo inspirado en fondos de países líderes

Trump firmó en febrero una orden ejecutiva para establecer un fondo soberano, mecanismo común en países con grandes excedentes fiscales como Noruega o China. El fondo noruego, por ejemplo, supera los 1.8 billones de dólares. El objetivo es asegurar rentabilidad a largo plazo y fortalecer industrias clave dentro de Estados Unidos.

Hassett explicó que el contexto actual, marcado por altos niveles de gasto en tecnología, hace viable este enfoque. También citó ejemplos anteriores como las participaciones en Fannie Mae y Freddie Mac tras la crisis financiera. El asesor recalcó que el Gobierno no busca intervenir en el mercado, sino incentivar la relocalización industrial.

Reacción de Trump y próximos pasos

Trump defendió la iniciativa en su red Truth Social, destacando que acuerdos como el de Intel fortalecen la economía nacional. “Haré acuerdos como este todo el día”, escribió, criticando a quienes se oponen a la medida. Aseguró que este tipo de operaciones crean empleos, impulsan las acciones de las empresas y enriquecen a Estados Unidos.

El presidente también expresó su intención de replicar la estrategia en otros sectores estratégicos. Hassett, por su parte, adelantó que podrían producirse más transacciones en industrias diferentes a la de los semiconductores.

Debate económico y visión de largo plazo

La iniciativa ya genera debate entre economistas y políticos. Algunos advierten que el fondo soberano podría distorsionar la competencia o generar favoritismos. Sin embargo, el contexto geopolítico actual y la necesidad de asegurar cadenas de suministro estratégicas refuerzan el argumento del Gobierno.

Trump plantea una visión en la que Estados Unidos no solo regula desde fuera, sino que participa directamente en sectores clave. Esta transformación del papel del Estado en la economía podría definir una nueva era de política industrial estadounidense.

La compra de Intel marca el primer paso concreto de esta visión. Si se consolida, el fondo soberano podría convertirse en un actor central para fomentar innovación, empleo y autonomía tecnológica en el país.