Una advertencia contra la dependencia digital
En un contexto donde los pagos móviles y con tarjeta dominan la vida cotidiana, el Banco Central Europeo (BCE) ha emitido una recomendación que rompe con la tendencia digital. En un estudio titulado ‘Mantenga la calma y lleve efectivo’, la institución aconseja a los ciudadanos europeos mantener dinero en efectivo suficiente para cubrir 72 horas de necesidades básicas, en previsión de posibles crisis económicas, sociales o tecnológicas.
El BCE toma como referencia a países como Países Bajos, Finlandia y Austria, donde se recomienda tener entre 70 y 100 euros en casa. Esta medida, lejos de promover el miedo, busca garantizar el acceso a recursos esenciales en caso de caída de los sistemas digitales o interrupciones en infraestructuras clave.
Cuatro crisis que demostraron el valor del efectivo
El informe destaca cuatro situaciones recientes en las que el efectivo se convirtió en un recurso estratégico. Durante la pandemia de 2020, la demanda de billetes se disparó, alcanzando una emisión neta de 140.000 millones de euros, frente a los 55.000 millones de un año habitual.
Con el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, varios países cercanos al frente experimentaron un aumento del 36% en la emisión de billetes, reflejo de la búsqueda de liquidez por parte de los ciudadanos. En Grecia, las repetidas crisis económicas y políticas generaron picos de demanda similares. En España, un gran apagón provocó una avalancha de personas hacia los cajeros, incluso en regiones no afectadas, lo que confirmó la importancia del efectivo como “reserva de seguridad” ante fallos tecnológicos.
El dinero físico como ancla psicológica
Además de su utilidad práctica, el efectivo tiene un valor emocional. Su presencia tangible ofrece tranquilidad y sensación de control, especialmente en momentos de incertidumbre. El BCE subraya que, a diferencia de los pagos electrónicos, el efectivo funciona sin necesidad de conexión ni sistemas operativos, lo que lo convierte en un recurso fiable en situaciones de emergencia.
La recomendación es sencilla: guardar una cantidad modesta pero suficiente para cubrir 72 horas de gastos esenciales, en un lugar seguro y rotando los billetes periódicamente para evitar su deterioro. No se trata de acumular grandes sumas, sino de tener una reserva accesible que permita enfrentar imprevistos, apagones o colapsos del sistema bancario sin depender de la tecnología.