Rusia enfrenta riesgo de crisis bancaria en 2025

Los impagos se disparan mientras la economía se enfría

La economía rusa atraviesa un momento crítico. Aunque el Gobierno intenta proyectar estabilidad, documentos internos filtrados y declaraciones confidenciales de banqueros revelan una realidad mucho más delicada: el sistema financiero está al borde de una crisis bancaria sistémica. El incremento de impagos por parte de empresas y consumidores, combinado con los tipos de interés en niveles históricos y una inflación que ronda el 10%, está erosionando la capacidad de pago en todo el país.

El precio oculto del esfuerzo bélico

Desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania en 2022, el Kremlin ha apoyado el crecimiento económico sobre la base del gasto militar. Para sostenerlo, la banca rusa ha extendido créditos con condiciones favorables, siguiendo directrices del Gobierno. Sin embargo, la combinación de presión inflacionaria, subida salarial y políticas crediticias laxas ha desatado un problema estructural de deuda que ahora amenaza con hacer colapsar al sistema financiero.

Los salarios crecieron un 15% anual en promedio desde 2022, muy por encima del 9,5% de la década anterior. Esto se trasladó rápidamente a los precios, y desde mediados de 2023 la inflación volvió a acelerarse, forzando al banco central a elevar los tipos hasta el 21%, reducidos recientemente al 20%, aún un nivel elevado.

Señales claras de deterioro financiero

Bloomberg ha tenido acceso a informes internos de grandes bancos rusos que admiten que los impagos son muy superiores a los datos públicos. Algunos ejecutivos del sector alertan de que los créditos morosos alcanzan billones de rublos, con un riesgo creciente si las sanciones occidentales se intensifican.

La agencia estatal ACRA advierte que hasta un 20% del capital de la banca proviene de clientes con perfil crediticio en deterioro. Además, el propio banco central reconoció en mayo la existencia de “vulnerabilidades” en el sistema financiero, con foco en los créditos a empresas y consumo.

Advertencias desde todos los frentes

En el último Foro Económico de San Petersburgo, autoridades rusas reconocieron el riesgo de recesión. El ministro de Economía habló de una posible caída, mientras la gobernadora del banco central calificó el escenario actual como un “enfriamiento necesario”. Vladimir Putin, por su parte, reconoció que “existen riesgos de estancamiento que no deben permitirse bajo ninguna circunstancia”.

El think tank ruso Centro para el Análisis Macroeconómico estima una probabilidad moderada de colapso bancario antes de abril de 2026. Las previsiones oficiales también reflejan el deterioro: tras crecer un 4,5% en 2024, la economía rusa solo avanzó un 1,4% en el primer trimestre de 2025.

Un futuro incierto para la economía rusa

Rusia enfrenta un dilema: si inyecta estímulos fiscales para sostener el sistema bancario, podría alimentar aún más la inflación. Pero si mantiene la política monetaria restrictiva, corre el riesgo de hundir sectores clave como la construcción, la industria y el consumo interno. El deterioro ya es visible en los datos y la preocupación se extiende más allá del Kremlin.