Impuesto digital canadiense desata reacción inmediata
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció de forma abrupta el fin de las negociaciones comerciales con Canadá. La decisión, publicada en su red social Truth, responde a la intención de Ottawa de aplicar un impuesto del 3% sobre los beneficios de empresas tecnológicas estadounidenses como Amazon, Apple o Google. Trump calificó la medida como un “ataque directo” y afirmó que en los próximos siete días impondrá nuevos aranceles a las importaciones canadienses.
Un nuevo episodio en una relación comercial tensa
Canadá, uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, ya ha sido blanco de medidas arancelarias desde el regreso de Trump a la Casa Blanca. A inicios de año, se impusieron gravámenes al aluminio, al acero y a los vehículos, con aranceles que llegaron hasta el 50%. En respuesta, Ottawa activó represalias sobre productos estadounidenses. La dinámica ha tensado las relaciones bilaterales, a pesar del mantenimiento del tratado T-MEC.
Impacto político y consecuencias internas
El anuncio de Trump tiene también un componente político interno. El líder liberal canadiense Mark Carney ha capitalizado el sentimiento nacionalista frente a las presiones estadounidenses, lo que habría influido en su ascenso político. Al mismo tiempo, en Estados Unidos, el Gobierno de Trump da señales contradictorias: mientras cancela un acuerdo con Canadá, asegura estar avanzando en negociaciones con otros países clave, incluyendo el Reino Unido y China.
Una política comercial impredecible
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, confirmó que algunos acuerdos podrían retrasarse hasta septiembre. El objetivo, según Bessent, es alcanzar hasta 12 pactos bilaterales con socios estratégicos antes del Día del Trabajo. Sin embargo, la postura de Trump sigue siendo volátil. Su amenaza de cierre con Canadá podría no ser definitiva y los plazos, como ha demostrado en anteriores ocasiones, pueden cambiar en cualquier momento.
El futuro inmediato: incertidumbre comercial
El abrupto final de las conversaciones entre Estados Unidos y Canadá marca un nuevo capítulo en la política exterior de Trump. Con el Día de la Independencia como próxima fecha simbólica, se espera que la Casa Blanca anuncie en los próximos días los nuevos aranceles que aplicará al país vecino. Mientras tanto, Ottawa evalúa posibles respuestas, en un escenario cada vez más incierto para el comercio en América del Norte.
