La caída del refino y la energía hunde las cuentas semestrales
Pese a que la cifra neta de negocio de las empresas españolas creció un 2,7% interanual durante el primer semestre de 2025, este avance no ha sido suficiente para evitar un retroceso del 4,6% en sus beneficios operativos. El Banco de España atribuye esta caída al mal desempeño del sector energético, en especial del subsector del refino de petróleo, que ha provocado un desplome de más del 68% en las ganancias industriales.
La fabricación de material de transporte y otras manufacturas también contribuyeron a este deterioro. En conjunto, el sector energético sufrió una contracción del 21%, lo que ha encendido las alarmas sobre su peso en el resultado global. Sin estos sectores, el resultado ordinario neto habría aumentado un 22,8%, según el organismo supervisor.
El comercio, la hostelería y las telecomunicaciones brillan
Mientras la industria se contraía, otros sectores impulsaban sus beneficios. El comercio y la hostelería registraron un incremento del 31,5%, el sector de información y comunicaciones subió un 39,3% y el resto de actividades avanzó un 19,5%. Por su parte, el sector financiero vio cómo sus ingresos aumentaron un 9%, impulsados por una subida del 29% en los dividendos recibidos y una reducción del 13,7% en los gastos financieros.
Estos datos reflejan una clara segmentación en la recuperación económica: mientras las industrias vinculadas al consumo y la digitalización presentan sólidos márgenes de rentabilidad, los sectores energéticos e industriales siguen arrastrando las consecuencias de un entorno desfavorable.
La rentabilidad empresarial retrocede por la presión industrial
La rentabilidad sobre activos (ROA) descendió al 4,7% en el primer semestre de 2025, por debajo del 5% registrado un año antes. El refino de petróleo volvió a ser el principal responsable del deterioro: el sector energético redujo su rentabilidad del 10,1% al 8,2%, mientras que la industria pasó del 8,9% al 3,7%.
En contraste, el comercio y la hostelería elevaron su ROA del 8,9% al 11,8%, y el sector de información y comunicaciones la incrementó del 10,7% al 13,3%. No obstante, el aumento fue más contenido de lo previsto debido al crecimiento del gasto en personal y a la presión sobre los márgenes.