Repsol gana 603 millones con fuerte caída del 63%

Resultados semestrales impactados por el entorno volátil

Repsol ha cerrado el primer semestre de 2025 con un beneficio neto de 603 millones de euros, lo que representa una caída del 62,9% respecto al mismo periodo del año anterior. Según el comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el resultado ajustado también disminuyó, situándose en 1.353 millones, un 36,4% menos.

A pesar del descenso en beneficios, el flujo de caja operativo ascendió a 2.860 millones, un aumento del 25,1% frente al mismo periodo de 2024. Este repunte se explica en parte por la resolución favorable del arbitraje con Sinopec y la adquisición de una participación del 49% en RRUK. El EBITDA fue de 3.078 millones, lo que supone una bajada del 25,7%.

Gestión financiera y desinversiones estratégicas

La deuda neta de Repsol se situó al final del segundo trimestre en 5.728 millones de euros. Esto supone una reducción de 102 millones respecto al trimestre anterior, aunque un incremento del 24,7% interanual. El apalancamiento del grupo alcanzó el 17,9%, mientras que sin arrendamientos fue del 6,8%.

Durante junio, la compañía emitió un bono híbrido de 750 millones de euros a seis años con un interés del 4,5%, y amortizó anticipadamente 608 millones de un bono híbrido emitido en 2020. Además, Repsol ha anunciado desinversiones por más de 1.200 millones, lo que ya representa el 60% del objetivo total del año.

Salidas internacionales y recompra de acciones

Entre las desinversiones destacan la salida de Colombia, la rotación de proyectos renovables de 400 MW en España y 777 MW en Estados Unidos, así como la venta del 24% en el bloque Corridor en Indonesia a Medco Energi por 425 millones de dólares. Estas operaciones buscan consolidar un portafolio más eficiente y enfocado en el valor para el accionista.

Como parte de este compromiso, Repsol ha anunciado una nueva recompra de acciones por 350 millones de euros destinada a la reducción de capital. Esta medida refuerza su política de retribución al accionista en un año marcado por la volatilidad de los mercados energéticos.