Nvidia y AMD pagarán al gobierno de EE.UU. por vender chips en China

Un acuerdo sin precedentes en el sector tecnológico

El gobierno estadounidense ha alcanzado un acuerdo inusual con dos de las mayores fabricantes de semiconductores del mundo. Nvidia y AMD aceptaron entregar el 15% de sus ingresos procedentes de la venta de ciertos chips de inteligencia artificial en China, en un contexto de tensiones comerciales y negociaciones estratégicas entre Washington y Pekín.

La medida llega poco después de que la administración Trump levantara, en julio, la prohibición de exportar a China estos modelos de chips menos potentes, diseñada originalmente por la administración Biden por razones de seguridad nacional. Para ambos fabricantes, el levantamiento del veto abre la puerta a un mercado esencial, valorado en unos 100.000 millones de dólares en inversión en IA este año.

Chips adaptados y mercado clave

Nvidia desarrolló el H20 y AMD el MI308 específicamente para cumplir con las restricciones estadounidenses y poder vender en China. Aunque estos chips son menos potentes y más baratos que los modelos estrella, representan una oportunidad estratégica para mantener presencia en un mercado donde gigantes como ByteDance, Tencent y DeepSeek demandan grandes volúmenes de hardware de IA.

Los analistas estiman que el acuerdo podría reportar hasta 2.000 millones de dólares al Tesoro de EE.UU., mientras que Pekín asegura el suministro de tecnología clave. La fórmula también podría formar parte de un marco negociador más amplio que incluye el acceso a minerales críticos como las tierras raras, donde China mantiene un dominio global.

Impacto y controversia

Expertos del comercio internacional y la seguridad nacional han calificado la decisión de inédita y polémica. Algunos advierten que sienta un precedente de “impuesto implícito” a las empresas estadounidenses que hacen negocios con China. Otros consideran que, en términos estratégicos, mantener la dependencia tecnológica de Pekín respecto a Estados Unidos es preferible a bloquear totalmente las ventas, lo que aceleraría la innovación interna china.

La falta de claridad sobre cómo se gestionarán los fondos y sobre el alcance real de las implicaciones para la seguridad nacional genera inquietud en los mercados. El pago del 15% afectará las proyecciones de ingresos de Nvidia y AMD, empresas que planifican su producción con años de antelación y dependen de la confianza de los inversores.

Una jugada con múltiples ganadores

Para China, la reanudación de las ventas supone acceso a componentes esenciales para el desarrollo de su industria de inteligencia artificial. Para Washington, el acuerdo ofrece ingresos fiscales adicionales y un posible instrumento de negociación en el marco de disputas comerciales más amplias.

La figura de Jensen Huang, director ejecutivo de Nvidia, ha sido clave en esta evolución. Su encuentro con Donald Trump en la Casa Blanca la semana pasada habría acelerado el pacto, como ya ocurrió en abril, cuando se revocó la prohibición de exportar el modelo H20 a China.

Si bien para algunos el acuerdo refleja pragmatismo, para otros representa un cambio sustancial en la relación entre la Casa Blanca y las grandes tecnológicas, marcando un terreno inexplorado en la política comercial estadounidense.