Industria del automóvil urge a replantear metas climáticas

Fabricantes advierten sobre inviabilidad de objetivos

Los líderes de la industria automotriz europea han advertido que la estrategia climática de la Unión Europea para el sector del transporte está en riesgo de fracasar. En una carta a Ursula von der Leyen, los presidentes de ACEA y CLEPA señalan que los planes de descarbonización del bloque no se ajustan a las condiciones económicas y geopolíticas actuales, calificando los objetivos de CO₂ para 2030 y 2035 como “ya no viables”.

Falta de infraestructura, costes elevados y burocracia

La carta denuncia los retos estructurales que enfrenta Europa: una dependencia casi total de Asia para la cadena de suministro de baterías, infraestructuras de carga mal distribuidas, precios de electricidad poco competitivos y aranceles externos elevados, como el 15% aplicado por Estados Unidos. Además, critican la falta de una estrategia política coherente que combine metas medioambientales con viabilidad económica e industrial.

Propuesta de una transición más realista y estratégica

Los directivos proponen ampliar incentivos de compra y fiscales, reducir la burocracia, acelerar la renovación de la flota actual y establecer políticas diferenciadas para camiones y autobuses. También insisten en fomentar inversiones en baterías, semiconductores y materias primas críticas, y desarrollar alianzas globales para asegurar la resiliencia de las cadenas de valor. Alertan que si alguna de estas áreas falla, la transición energética completa podría colapsar.

El diálogo estratégico de septiembre, un punto de inflexión

Con vistas a la reunión clave del 12 de septiembre, el sector reclama una revisión urgente de las políticas actuales para no poner en peligro la competitividad global de la industria automotriz europea. “Queremos que esta transición funcione”, declaran los líderes de Mercedes-Benz y Schaeffler, “pero no podemos hacerlo con las manos atadas”. La carta concluye reiterando el compromiso del sector con las metas de emisiones netas cero para 2050, pero exigiendo un camino pragmático y viable.