El BCE defiende el euro digital frente a riesgos de fuga de depósitos

Un límite de tenencia como mecanismo de estabilidad

En un mes clave para el futuro del euro digital, el Banco Central Europeo (BCE) ha publicado un análisis que respalda la implementación de un límite de tenencia por persona. La medida busca evitar una fuga masiva de depósitos hacia el euro digital y garantizar la estabilidad financiera en momentos de crisis. Según el BCE, sin este límite, activos como las stablecoins en dólares podrían incentivar retiros incontrolados de los bancos, agravando cualquier escenario de estrés financiero.

El euro digital permitiría a los ciudadanos mover fondos desde sus cuentas bancarias a un wallet móvil respaldado por el BCE. Sin embargo, con un límite estimado entre 500 y 3.000 euros, el traslado de grandes ahorros se vería restringido. En contextos normales, el impacto sería bajo, pero en una corrida bancaria, el BCE calcula que las salidas agregadas podrían oscilar entre 156.000 y 699.000 millones de euros, dependiendo del umbral de tenencia establecido.

Evitar la dolarización digital y mantener la soberanía monetaria

El BCE advierte que, sin euro digital, los ciudadanos podrían recurrir a stablecoins vinculadas al dólar, provocando una fuga de depósitos sin límites y una posible dolarización digital. Este escenario, aunque difícil de medir, comprometería la capacidad del banco central para aplicar una política monetaria eficaz y mantener la estabilidad de precios en la eurozona.

La decisión final sobre el umbral de tenencia será compartida entre el BCE y el Consejo. Christine Lagarde recalcó que aún no se ha fijado una cantidad específica, y que esta decisión se tomará más cerca del lanzamiento oficial. El BCE desarrolla actualmente una metodología basada en tres pilares: garantizar el uso práctico del euro digital, mantener la estabilidad financiera y asegurar la efectividad de la política monetaria.

Impacto económico y costes para la banca

Un segundo informe del BCE estima que los costes para el sector bancario oscilarían entre 4.000 y 5.700 millones de euros, si se aprovechan infraestructuras de pago ya existentes. Esta cifra es coherente con las previsiones de la Comisión Europea, pero muy inferior a los 18.000 millones estimados por PwC, o los 30.000 millones si se incluye el pago offline.

El BCE ha cuestionado el estudio de PwC por falta de transparencia metodológica y asegura que busca minimizar los costes a través de la colaboración con la industria. Se plantea la posibilidad de integrar el euro digital en soluciones ya en uso como Bizum, lo que permitiría una adopción más eficiente y con menor inversión.