El nuevo acuerdo comercial no detiene la caída
Las exportaciones españolas de bienes hacia Estados Unidos cayeron un 30,5% en agosto, el peor dato desde enero de 2021. Esta fuerte contracción se produjo justo después de que la Unión Europea firmara un nuevo acuerdo comercial con Washington. Sin embargo, lejos de mejorar la situación, los datos sugieren que el pacto no logró impulsar las ventas al mercado estadounidense.
El retroceso es parte de una tendencia que comenzó en abril, coincidiendo con el endurecimiento de las políticas arancelarias impulsadas por la Administración Trump. En lo que va de 2025, España ya ha perdido más de 1.000 millones de euros en exportaciones hacia Estados Unidos.
Golpe generalizado a los sectores productivos
Casi todos los sectores registraron caídas pronunciadas en agosto:
- Alimentos: -35%
- Energía: -75%
- Semimanufacturas: -38%
- Manufacturas de consumo: -41%
Solo el sector de bienes de equipo logró mantenerse estable gracias a beneficios fiscales vinculados a la inversión productiva. El sector automotriz, tras varios meses críticos, logró moderar su descenso al 8%.
El déficit comercial se amplía con rapidez
En contraste con la caída de exportaciones, las importaciones desde EE. UU. solo bajaron un 15% en agosto, lo que llevó a un déficit mensual de 1.300 millones de euros. En total, el saldo negativo acumulado en los primeros ocho meses del año se acerca ya a los 10.000 millones de euros, muy similar al total registrado en 2024.
La diferencia entre las exportaciones en retroceso y unas importaciones más resistentes refleja una creciente dificultad para que los productos españoles accedan al mercado estadounidense, mientras que las empresas de EE. UU. penetran con mayor facilidad en España.
Perspectiva comercial desafiante
Más allá del impacto de los precios energéticos, también hubo una caída cercana al 20% en el volumen comercial, señal clara de un enfriamiento estructural en el comercio bilateral. El deterioro es especialmente visible en los sectores agroalimentario, energético y de componentes industriales.
Los datos de agosto parecen confirmar que las empresas españolas ya están ajustando sus estrategias ante un entorno arancelario complejo, marcado por un gravamen general del 15% que desincentiva las exportaciones a Estados Unidos.

