La economía de EE. UU. crece pese a tensiones arancelarias

Un segundo trimestre más fuerte de lo previsto

El producto interior bruto de Estados Unidos creció un 0,8% entre abril y junio, una décima por encima de lo estimado inicialmente, impulsado por un efecto de anticipación ante la ola de nuevos aranceles. Las familias y empresas adelantaron decisiones de consumo e inversión ante la incertidumbre comercial generada por la Casa Blanca.

En términos anualizados, el crecimiento alcanzó un sólido 3,3%, marcando un cambio notable tras la contracción del 0,5% en el primer trimestre. La caída del 30% en las importaciones frente al mismo periodo del año anterior, sumada a un incremento del 1,6% en el consumo privado, refleja una economía que se mantiene resiliente a pesar del contexto adverso.

El empleo se estanca en medio de la incertidumbre

La política comercial actual está empezando a generar tensiones en el mercado laboral. Si bien los despidos son bajos, las contrataciones se han desacelerado drásticamente. El empleo ha crecido solo en 35.000 personas al mes, en comparación con las 123.000 de hace un año. Según los datos del Departamento de Trabajo, las solicitudes de subsidio por desempleo bajaron a 229.000, pero los analistas temen que la falta de nuevas contrataciones eleve la tasa de desempleo al 4,3% en agosto.

Inversión e indicadores mixtos

La inversión empresarial creció un 13,8%, pero a un ritmo inferior al registrado el año anterior. El gasto público cayó un 0,2% y las exportaciones retrocedieron un 1,3%, reflejando una economía dinámica pero expuesta a fricciones externas. Aunque el consumo sigue siendo el motor del crecimiento, la combinación de incertidumbre comercial y desaceleración laboral complica el panorama para los próximos trimestres.

Powell abre la puerta a recorte de tipos

La situación coloca a la Reserva Federal en una posición compleja. Su presidente, Jerome Powell, señaló recientemente la posibilidad de recortar los tipos de interés en la reunión del 16 y 17 de septiembre, en respuesta a los riesgos crecientes para el empleo. Actualmente, la tasa se mantiene en una horquilla entre el 4,25% y el 4,50%, estable desde diciembre, pero las presiones macroeconómicas podrían justificar una flexibilización monetaria en el corto plazo.